12/20/2012

Andrés Barbosa Vivas





El poeta Andrés Eduardo Barbosa Vivas nació en Bogotá en 1987. Licenciado en Ciencias Sociales con énfasis en Humanidades por la Universidad Pedagógica Nacional. Autor de los libros de poesía Desdóblate silencio (2008), La desmesura (2009) y Rutas de mujeres y cáñamo (2010). Al momento de su fallecimiento dejó su cuarto libro listo para ser publicado, La Ciudad de Vino, y una extensa obra poética inédita. En el 2013 se edita otro de sus libros bajo el nombre de Alucinaciones y Collages poéticos (Caza de libros) y se espera que otros dos poemarios de su autoría sean publicados en algunos años. Poemas suyos aparecen en publicaciones como el compilado "Escuela – Ciudad – Escuela. Una visita de la poesía" (2008) y la antología "Panorama virtual de la nueva poesía colombiana" (2009), realizados por la Corporación de las Artes y las Letras Ulrika. Barbosa Vivas participó como poeta invitado en los Juegos Florales de Manizales y en el Festival Internacional de Poesía de Bogotá, entre otros. En el año 2009 asistió al recital En busca de las artes jóvenes latinoamericanas, organizado por la Red Nacional de Estudiantes de Literatura –REDNEL– y realizó la Gira La Desmesura, junto al colectivo “A La Calle” con quien estuvo promoviendo su obra literaria en lugares no convencionales de Bogotá. En marzo del año 2010, gana el Certamen Literario Alicia Moreau de Justo, organizado por el Partido Socialista de Coronel Rosales, en Argentina.

Andrés murió en un accidente de tránsito el 6 de Agosto de 2010 en el kilómetro 7 de la vía que de Bogotá conduce al vecino municipio de La Calera. En su memoria se crea la Fundación Andrés Barbosa Vivas, con el propósito de editar y continuar promoviendo su extensa obra.




Selección de poemas del libro Desdóblate Silencio


ENVÍO

Mujer en toda la extensión de la palabra:
te habla quien un día se hermanó con el silencio.

Entre bambúes va en la noche...
se desposa con el viento y su perfume queda en el aire,
se desposa con su ascendencia y la nostalgia queda en su vestido
verde como las anunciaciones de su rostro,
el adonis bardo
para quien, sin saberlo, resguardas esta noche tu liguero.
Seguirá lento las huellas de tu fragancia;
acariciará, con una rosa, tu cuerpo de bruces sobre el lecho.

Quien así te habla, te recrea en la promesa de tu figura
y viene dispuesto por la persistencia de su empresa;
en cada uno de sus músculos ha colocado tu silueta, para que muevan 
/el mundo
y cuando la luz se lo anuncie, haya vivido a tu lado toda su vida,
estarás en la memoria de cada rincón de su cuerpo
en umbelas sentimentales... Vivirás lejos.

Sus ojos lo llevan lentamente por bambúes y rostros.
Su centro está en suspensión.




OBRA

Si algún lugar ocupas, es la ausencia
si algún lenguaje hablas, es el silencio,
en el espejo te veo, trazo tu silueta, la reconozco
casi tocas mis ansias.

Vida mía
tus pies pisan trozos calcáreos en que se inscriben leyendas
hendiduras de cuerpos que estuvieron.
Rozo tus dedos
te complaces con mostrármelos tan llenos de refulgencias
aunque me detenga y advierta el negro de mi sombrilla
como un presagio.
No ves que el mundo se está derrumbando
y hasta empiezan a deslizarse tus pendientes.

Desdóblate, silencio
porque a veces siento que hasta las palabras me inasisten
y empiezan a deslizarse por tu cuerpo
bella,
única,
mía...
Si algún lugar ocupas es aquel, junto a la ventana
donde nadie ve mi fantasma
cruzar doliente polo a polo de la Tierra.
En la radio suenan sermones y campanas.
Desdóblate, sonido, donde descansa en paz la sonrisa
y las colillas de cigarro se amontonan.
No las ves, pero están donde estuvieron
escuchando, sintiendo, aferrándose
en el lugar que las pisadas dejan sobre el césped
y muere el réquiem en la radio.




DE OBSIDIANA

Vengo de la tierra mordida por los perros,
de las conspiraciones y los oprobios,
del frío plomizo sobre toda la existencia
de la selva sabia y guerrera
al caos similar de las calles.

Vengo de las luchas intestinas,
no el feto desechado de la guerra,
el enfermizo impulso muscular por acrecentarse
y cómo a ésta alma de acero le hablan las cosas
/elementales
le cuentan sus secretos
unas desarrollaron espinas ante la barbarie;
otras, bellos colores;
yo desarrollé mi silencio,
la capacidad mental,
la explosividad incesante que imprimo en cada
/uno de mis actos.

Soy de un material antiguo, probado por los sabios
vengo del fondo de la Tierra, me forjó la tristeza
 soy la santificación del dolor
mantente con migo hasta el final y te daré un
/secreto
sólo a los mas altos los revelo
mi alma es verde y doy visos negros.




QUERENCIA

¿Quién susurra tras las paredes?
¿en qué garganta se atropellan los suspiros
en algún lugar de la sala?
¿qué mejilla dibuja una lágrima
con color de alma cuando llega la tristeza,
azules escamas cuando se instala la nostalgia
serpenteando en el ron que se derrama en las paredes?,
¿quién bebe su suavidad cálida?

La beben los gritos que en la noche
llaman con clamores las almas solitarias,
los ganchos sin ropa la beben
y reconocen su levedad en las noches embriagadas.

¿Quién añora tras las paredes,
tras el libro abierto que recibe sus lágrimas
como el suelo la hojarasca del árbol que languidece con los roces del tiempo?
¿quién tiene miedo de llevar su dolor hasta mañana
como el lío más pesado trasegando por el sueño
con la espalda corva y los zapatos que apenas arrastra?

Quien tiene miedo de la vida solitaria
y procura los saludos que ama
que ama la música que crece y estride en diferentes flancos
las fragancias del incienso y la marihuana
las conversaciones a medios oídos
los desnudos, tras la ventana
la tos que comparte cuando enferma, cual sueños que contagia
las tristezas, las alegrías
los cuerpos cuando se hablan;
a todos vosotros ama quien lloraba
y anhela compartir con vosotros el momento
en que a su lecho llegue la parca.


Selección de poemas del libro La Desmesura


OH. FELACIÓN

Es morena y delgada
como una reina del Antiguo Egipto.
Su cuerpo
recubría una faldita;
se ha quedado con sus botas largas
de tacón puntudo
y medias de hilo negras,
una blusa negra y sus senos
tan pronunciados.
Lleva el cabello recogido
con un caimán;
tiene rostro oriental,
una joya en el labio superior y otra en la lengua
y ahí yo.

Es tan fuerte
tan fogosa
consigue cuanto quiere
dentelladas y su cabello
su rostro nítido
sus labios tiernos.
Dientes. Roces con la lengua
y su joya.
Un águila de hielo
mira hacia el cielo
cerrando los ojos
nombres
los gemidos salen de la violencia.
¡Tanta fuerza!
¡el sudor
me llega hasta las piernas!
¡y los temblores!
¡y el aroma de nuestros cuerpos
que llena la pieza!




POEMA

Vengo del largo encierro de los años
me taparon la boca
y murieron las palabras.

Nacieron flores en el silencio
y tras barrotes
se metamorfosearon los músculos de mi espalda.

Salí volando
cuando nadie lo esperaba.
Mi pluma diamantina
alcanzó la estrella que hoy te entrego.

Escucha de mis mujeres
las palabras más elevadas
con las pupilas dilatadas
como manzanas en el lecho.

Toma esta copa
ponte también sombrero y botas
mientras me arreglo el bigote
dame ocho balas
mataré la deshonra.

Afuera, la noche
extiende un velo sobre los edificios
como los párpados sobre los sueños en sigilo.

Ahora estás conmigo
esperando contra el muro
toma este ramillete del jardín prohibido
que es el cielo de los adictos.

Este poema
que bebía de noche y fumaba de día
hoy bebe de día
y fuma
y fuma
olvida que es día
no sabe qué es noche.


Este poema con ala ancha
dice Revolución
con su bocanada
su redonda bocanada
volando en el cielo espeso.



Andrés Eduardo Barbosa Vivas (Bogotá, 1987-2010) Fotografía de 
Milcíades Arévalo.

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